sábado, 20 de marzo de 2010

Obtener información privilegiada acerca del proceso de creación de una pizza desde la prespectiva del aspecto, parte ineludible y celosa de su éxito. Para conseguir una cifra que da respuesta aparente: es un resultado pretenciosamente ridículo, a modo ilusorio de una gran gesta que a mesurado eso immesurable a partir de la forma suprema del círculo.

Un juego contraproducente desde el inicio: de la búsqueda exacta, numérica y universal de eso sentimental y subjetivo, fruto del deseo. Con humor irónico por su propia naturaleza, sobre el que es la ciencia y su poder metodológico inqüestionable sobre la vida pero, este proyecto es más perverso aún con lo que es –o es considerado- arte, y su supuesta anti-metodología, el proceso de creación; dos disciplinas alejadas por convenios, nomenclatura, disciplina y concepción, la primera, paradigma del conocimiento, la segunda, de la belleza, unidas no solamente por recursos, sinó también por concepción, por una búsqueda infructífera, pretenciosa y divertida.

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